Aunque es un ejercicio típico en asignaturas de la lengua extranjera, este era especial porque por la primera vez alguien más se lo ha leído, diferente a mi profesora. Por un lado, tenía que mantener la formalidad de la carta pero, por el otro, también mantener la lengua (o como dice mi profesora: la variedad lingüística) de las personas de mi edad. Eso creó una nueva perspektiva sobre la escritura y, en general, las redacciones. Otra cosa muy bonita era la magia que envolvía al envío, en general, a la espera de la respuesta, etc. En la sobre podíamos meter cualquier cosa que queríamos enviar a „nuestro amigo epistolar“ por correspondencia. Yo, por ejemplo, recibí dos cartas de una chica italiana y aunque esta era nuestra única conversación, me parece que conocí por lo menos una parte de su carácter.
Lo que al principio no me gustaba fueron los temas sobre cuales teníamos que escribir la carta, pero luego me servían como un puente o, más bien, una base dando forma al mensaje que verdaderamente quería escribir.
Para mí la mejor cosa que me ha dado este proyecto fue la experiencia en vez de hacer algo puramente escolar, algo que en realidad tengo que hacer, pero de una nueva manera que era más divertida y más cercana al mundo real.
Ester Kubová. Alumna de 4D